“Me gustaría saber qué informes avalaron la decisión de imponer 
pagos para el acceso a datos de la Agencia Española de Meteorología – AEMet que hasta entonces_ (noviembre de 2012) eran de
 acceso gratuito”. Quien pregunta es Emilio Rey, un “cazatormentas”. Como ciudadano que se dedica profesionalmente a la meteorología, Emilio ha solicitado desde Tuderechoasaber.es a la AEMet el número de descargas de 
esos datos, tanto antes como después de poner en marcha esa medida y cuánto se ha recaudado.

La respuesta, parca en explicaciones, no satisface ninguna de estas preguntas. El cerrojazo del pasado noviembre a uno de los casos más exitosos de liberación de datos en nuestro país se salda así, “sin un incremento
 significativo de solicitudes ni de ingresos a partir de la fecha de 
cancelación, circunstancia que no altera los argumentos que dieron lugar a
 la eliminación del servidor de datos”.

Sí resulta novedosa la explicación de que si los datos meteorológicos del FTP de AEMet habían sido de acceso libre, gratuito, anónimo y exento de trabas burocráticas entre 2011 y noviembre de 2012, fue “con el fin 
de facilitar el conocimiento de unos productos que podrían ser ignorados 
por algunos interesados en ello”. Dado que AEMet se reservaba el derecho a modificar, añadir o eliminar la información incluida, “cumplido
 el objetivo de difusión y comunicación de lo que pudiera ser de interés 
para la sociedad, AEMET se ha visto en la obligación de ajustarse a la 
legislación vigente”. Dicha legislación es una orden ministerial del año 2006 que establece un régimen de precios por el uso de datos, derogando así su suministro libre y gratuito.

DATOS METEOROLÓGICOS ABIERTOS (NOV. 2010 – ✞ NOV. 2012)

El panorama de los datos meteorológicos no ha estado siempre envuelto en nubarrones. El 30 de noviembre de 2010, la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino Rosa Aguilar anunciaba una nueva política para la AEMet basada en la liberalización de información -“disponibilidad libre y gratuita”- para facilitar las actividades de formación, investigación, desarrollo de aplicaciones y “atender a la demanda de los aficionados a la Meteorología y de los medios de comunicación”.

Se trataba de enfoque audaz, pero ni mucho menos extravagante: seguía las directrices adoptadas por otros países para los datos meteorológicos, desde la Declaración de Oslo 2009 (suscrita por 25 servicios meteorológicos, el español entre ellos) a las recomendaciones de grupos de alto nivel de materia medioambiental. La revista interna de la AEMet, El Observador, anunciaba que “la actual página web incrementará de forma notable sus contenidos de datos de observación al tiempo que se pondrá en operación un servidor de ficheros al que se podrá acceder tanto directamente como a través de la propia página web”.

¿De qué conjuntos de datos estamos hablando?

En una primera fase, se abría al uso libre y gratuito de cualquier ciudadano, empresa o institución un catálogo compuesto por datos de observación en tiempo casi real (datos diezminutales) de más de 200 observatorios de toda España; los resúmenes diarios de más de 600 estaciones de observación de las redes de superficie; los datos diarios de las redes de medida de radiación solar y de ozono; las salidas de los modelos numéricos de predicción; así como los datos climatológicos de más de 100 observatorios con series que a veces arrancan en fechas tan lejanas como los años 20 del pasado siglo.

La intención era ir ampliando paulatinamente este catálogo, así como facilitar el acceso tanto a datos crudos como a información elaborada por la agencia. “En cualquier caso todo ello se hará de acuerdo con las peticiones y deseos de los usuarios con los que se va a reforzar un diálogo fluido y continuado”.

Incluso entonces, no se pasaba por alto la cuestión del valor de los datos liberados. En una tribuna de El Observador titulada “Hacia un mejor servicio” se leía lo siguiente:

Posiblemente las dos cuestiones que han sido más debatidas en este proceso evolutivo eran la de la posible “rentabilidad” económica de los datos meteorológicos para los Estados, algo por lo que se abogó a nivel internacional hace unos años de una forma amplia pero no unánime, […] En el caso de España la decisión adoptada va a suponer una dinamización de la actividad empresarial y económica. Las empresas de servicios meteorológicos podrán trabajar con datos básicos gratuitos e inmediatos para desarrollar múltiples aplicaciones con lo que ello supone para una ampliación de oferta y demanda y un retorno económico a la inversión estatal a través de los impuestos correspondientes. Por otra parte, a las actividades de I+D se les abre un escenario muy competitivo […] además del impacto muy positivo en las actividades académicas, […] la importancia que supone esta medida en relación con las demandas crecientes de información por los medios de comunicación así como por un amplio sector del público cada vez más interesado en los temas atmosféricos. […] permaneceremos siempre abiertos y receptivos a nuestros usuarios para conseguir una mejora progresiva de modo que AEMET siga siendo la referencia básica de la meteorología en España en un marco de servicio público eficaz, cercano y transparente”.

Al cabo de un año de adoptar esta nueva política de datos, basada en el acceso libre y gratuito por vía electrónica a sus datos meteorológicos, la web de la agencia registraba un aumento del 400% en las visitas diarias a las páginas de “observación-datos” respecto al año anterior, hasta alcanzar las 300.000 visitas. El nuevo servidor FTP llegaba a surtir datos a razón de hasta 190.000 descargas diarias.

Desde la AEMet siempre se ha dicho que el cierre del servidor público de datos no se debe a razones económicas. El 25 de octubre de 2012 la agencia emitió un comunicado anunciando que:

“Con objeto de dar cumplimiento a la O.M. del MAM/160/2006 de 2 de enero, por la que se regulan las prestaciones de AEMET, los productos deberán ajustarse al régimen de precios públicos establecido. Por este motivo, a partir del próximo 29 de octubre, los datos dejarán de estar accesibles por este medio. Para su obtención, se deberá contactar directamente con AEMET, o a través de su sede electrónica (https://sede.aemet.gob.es/), donde se les indicará la forma de solicitar las prestaciones que necesiten. En cuanto a los productos con destino a la investigación y la enseñanza, se seguirá con la misma política de bonificación conforme a la normativa establecida para estos sectores”.
AEMet - Comunicado del 25 de octubre de 2012

El cierre se llevó a cabo el 30 de octubre de 2012. Ahora, las tasas por acceder a gran parte de estos datos dependen del uso que se les vaya a dar y del perfil del solicitante Particular, Autónomo, Empresa Privada, Empresa Pública, Juzgados, Administración General del Estado, Administración Autonómica, Administración Local, Organismo Público Extranjero</span>). El servicio se solicita a través de formularios como este. Después se envía por fax, correo postal o se tramita de forma telemática (más información sobre el nuevo proceso de solicitud de datos, aquí). Los precios fijados para estos servicios varían. Organismos de investigación oficiales que realicen proyectos sin fines de lucro están exentos de pagar las tasas, previa solicitud. Las universidades se benefician de un descuento del 50% siempre que garanticen que el uso de los datos es para la enseñanza, también previa solicitud. En realidad, se trata de la suscripción de un contrato de prestación de servicios. Una imagen de satélite de archivo tendría un coste previo unitario de 16,46€ euros, lo mismo que una imagen de la temperatura del mar. Un mapa con datos de un mes completo de densidad de rayos caídos cuesta 184,40 euros. Un dato descodificado de archivo (variable, estación y hora), 0,0019 euros. Esta es la tabla completa de precios.

Pese a que desde AEMet nunca se ha achacado este cambio radical de política a un afán recaudatorio, Daniel Cano, su presidente, se enfrentó a las críticas que siguieron al cierre anunciando una modificación de la orden ministerial que obliga a la agencia a cobrar por los datos:

Es verdad que a nivel mundial se están dando pasos hacia esa filosofía de gratuidad de los datos y de generación de economía –ha señalado–. Nosotros no estamos en contra de esa filosofía. El problema es que nosotros queremos hacer las cosas bien hechas

En cuanto a los ingresos que la agencia podría obtener con este servicio, Cano señala que es “complicado” estimarlo. Motivación económica o no, lo cierto es que la evolución de los presupuestos de la agencia reflejan una caída muy seria en los últimos años. Carlos Yebra, delegado de la junta de personal de AEMET de Madrid, delegado de prevención y miembro del comité de seguridad y salud de AEMET de Madrid, desgrana estos datos en su blog:

  • Recursos para la AEMet en los Presupuestos Generales del Estado 2011: 122.796.520€
  • Recursos para la AEMet en los Presupuestos Generales del Estado 2012: 87.325.580€, es decir, un 28,89% menos que en el año anterior.
  • Recursos para la AEMet en los Presupuestos Generales del Estado 2013: 82.692.560€, es decir, un 5,31% menos que en 2012.

Además, el presupuesto por ingresos contempla la captación de 26.617.490€ en concepto de “tasas, precios públicos y otros ingresos”, lo que supone un incremento del 60,18% en esta partida. En ella se incluye, por ejemplo una nueva tasa por prestaciones patrimoniales públicas por servicios meteorológicos prestados en los aeropuertos gestionados por AENA aeropuertos, S.A. por un importe de 10.000.000€.

Pese a que Daniel Cano, presidente de AEMet, prometía cambiar la normativa “que le obliga a cobrar por datos” para volver a ofrecer algunos de forma gratuita antes de Semana Santa de 2013, su política no ha vuelto a encaminarse hacia los datos libres y abiertos.

PEQUEÑAS Y GRANDES HISTORIAS DETRÁS DE LOS DATOS

Este retroceso en la liberalización de información ha sentado como un castigo a todo un ecosistema que se servía del acceso libre, gratuito, anónimo y exento de burocracia para sintetizar los datos meteorológicos y trasformarlos en valor de todo tipo: conocimiento, economía, innovación, prevención y más.

Conocemos así a David Molero, doctorando, que investigaba la adaptación del pino canario a los suelos volcánicos con los datos de AEMet. A Luis A. Arce, que se servía de ellos para completar la información de su propia estación meteorológica, y que después compartía con otros interesados. O a Juan Carlos Ceña, con su explotación frutícola modesta, que atribuye a estos datos una “enorme importancia para mi trabajo y, por ello, para mi economía familiar”.

Estudios de arquitectura consultaban fácilmente las series históricas para situar mejor las placas solares al diseñar un edificio. Empresas de servicios como MeteoLogica añadían valor a los datos de AEMet para proveer a sus clientes de información en tiempo real. Si practicas kitesurf u otro deporte náutico, quizá consultes SurfSport.es, una web de información del Instituto de Hidráulica Ambiental “IH Cantabria” que también usaba datos del mismo origen para encontrar playas con las mejores condiciones. O BCNecologia, un consorcio público de ecología y sostenibilidad urbana que realiza cálculos sobre aprovechamiento de lluvia y niebla.

Estudiantes de diversas especialidades que realizan sus prácticas, investigaciones y tesis con ayuda de del FTP. En la Universidad de la Coruña, con el fin de investigar el ciclo reproductivo de las algas marinas; en la Politécnica de Cartagena, para el seguimiento de contaminantes atmosféricos; en la Universidad de Alicante, para la monitorización de especies invasoras. El Grupo de Investigación en Modelación Hidrológica y Ambiental de la Universidad Politécnica de Valencia se servía del FTP para investigar modelos hidrológicos. Desde la Universidad de Castilla La Mancha, el Grupo de Teledetección y SIG accedía al servidor de la AEMet para generar mapas de evapotranspiración de suelos, estrés hídrico y humedad, útiles para desarrollar estimaciones de riesgo de incendios forestales. De la disponibilidad de estos datos, el Ontology Engineering Group de la Politécnica de Madrid incluso elaboró un paper sobre cómo hacer la información de AEMet más y mejor “enlazable” dentro de la web semántica (lo que se ha dado en llamar Linked Data).

Félix ha llegado a recoger 4.635 firmas contra la decisión de la AEMet a través de una petición en Change.org, y aún solicita más. Muchas proceden de activistas del movimiento Open Data. Otras muchas, de la ingente comunidad de aficionados a la información meteorológica. Una comunidad exuberante de proyectos y lista para abrir nuevas fronteras. Es la gente a la que el físico Freeman Dyson elogiaba al decir que “e_l porcentaje de aficionados que hay en una población nos da una buena medida de la libertad de una sociedad. […] Es de esperar que los aficionados del próximo siglo, utilizando las nuevas herramientas que la tecnología moderna pondrá en sus manos, consigan invadir y rejuvenecer toda la ciencia”.

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